Un sábado de Junio, amigos, familia, el sol más brillante del verano, un precioso cigarral y Toledo como testigo. Con estos ingredientes la boda de Cris y Javi tenía que ser especial, y así fue. Los dos nos dejaron formar parte de un día mágico que empezó con nervios y terminó con una fiesta llena de risas y bailes, ¡como debe ser!
En la ceremonia disfrutamos y retratamos a partes iguales sonrisas, abrazos, lágrimas, besos y emociones comprimidas en cuestión de minutos. Su amor se contagia, y el amor que les tienen todos los que ese día presenciaron su unión es tan bonito como grande. Fue un placer estar allí, vivirlo y crear recuerdos para siempre en forma de fotografías.