El viernes fue la revolución, una fiesta de su amor a su manera: original, diferente y digno del mismísimo Stan Lee. Y es que la gran afición de Eva y Nacho por los cómics y el mundo que les rodea, se hace tan patente en la decoración de su casa, que nada de lo que vino después pudo extrañarnos.
Desde el vestido de la novia, desenfadado y lleno de personalidad, hasta la divertida ceremonia, en la que un amigo ejerció de maestro de ceremonias. El banquete y baile que vinieron después pusieron el punto y final a su celebración, y los dos puntos a su nueva historia como marido y mujer.
Caretas, converse, bailes, carcajadas, emociones y otra vez la pequeña princesita ganándose el papel protagonista.
Eva, Nacho, muchas gracias por dejarnos formar parte de este día tan especial.