Cristina y Javier, madrileños y residentes en la capital, se conocieron al más puro estilo castizo: de cañas una tarde de sábado. Por eso, para su preboda, revivimos el ambiente caminando por una de las zonas con más vida y sabor de la ciudad, La Latina, en una de las épocas más festivas, el puente de San Isidro.
Entre risas, tostas, caminatas y cervezas, las soleadas calles del centro fueron testigos de su amor y complicidad. Viendo cómo se miran, no hay ninguna duda de que se han encontrado.